CAUCASIA, TIERRA DE DOLOR, DESOLACIÓN Y MUERTE
La que dos décadas atrás era una región próspera, productiva, rica y llena de esperanza, apropiada para montar su negocio o empresa, al punto que muchos emigraron de otras partes del territorio nacional y se establecieron aquí, formando sus familias. Hoy es distinto, solo bastó con la llegada de las primeras matas de coca traídas por manos criminales y mentes ambiciosas de otras regiones del país, donde la persecución por parte de las autoridades era evidente, y se ubicaron en el bajo cauca, convirtiendo esta región en otro sitio de bonanza cocalera, pero trayendo consigo el terror y la desgracia del polvo maldito.
Municipios como Taraza, Caucasia, Cáceres, el bagre, entre otros, por tener tierras tan fértiles o en el caso de Caucasia, por estar ubicada estratégicamente, se convirtieron en un corredor fundamental por donde sale la coca hacia los golfos de urabá y de morrosquillo en la costa atlántica y por donde entran los insumos y las materias primas para el procesamiento de la cocaina. Estos municipios han sido el epicentro de la producción de drogas; lo que ha cambiando la vieja costumbre de conseguir las cosas con el sudor de la frente y con el trabajo honesto, para enriquecerse fácil e ilícitamente con la coca, sin importar las consecuencias o a quien se lleven por delante, en una guerra que deja ya centenares de muertos, igual número de desplazados, decanas desaparecidos y una economía por el suelo.
Una guerra alimenta por las drogas, la Siembra de cultivos ilícitos, laboratorios para procesar base de coca, cristalizaderos de cocaína, exportación de alucinógenos y lavado de activos, son disputados en el bajo cauca por bandas criminales al servicio del narcotráfico. Grupos como los rastrojos, los Urabeños y los paisas, son los sucesores de los capos sometidos por la justicia y que ahora son los autores de tantas muertes en la zona, especialmente en Caucasia; municipio que aporta la mayoría de las víctimas, además lugar donde los huérfanos, las viudas, los heridos y por supuesto los cementerios a la espera del próximo cuerpo, son la constante.
La situación es clara, por lo menos 450 desmovilizados del Bajo Cauca, no se volvieron a reportar al Centro de Alta Consejería para la Reincorporación en Caucasia. Nadie sabe qué sucedió con ellos; O fueron asesinados por no hacer parte de estas bandas, o entraron a engrosar sus filas alimentando el conflicto y con ello aumantar las cifras de desplazados, desaparecidos y muertos.
Aquí los asesinos no tiene escrúpulos, los muertos son de parte y parte, o lo que es peor, caen muchos que no tienen nada que ver con esta guerra; Como en otras, la población civil es la más afectada. Muchas de Las víctimas son personas del común; vendedores de plátanos, de leche, de sandía, de mangos, conductores de taxis, mototaxistas o personas que por tan mala suerte estaban en lugar equivocado en el momento del ataque, o simplemente porque el sicario se equivocó al momento de disparar.
Y es que en Caucasia la violencia no da treguas, por el contrario, genera toda clase de calamidades y sufrimientos, al punto de envolver en pánico a toda una población. los asesinatos selectivos son casi que a diario, Por ello las calles de Caucasia se convirtieron en campos de batalla y epicentro de la confrontación armada, aquí la gente tiene miedo y ya casi no sale por temor a ser alcanzado por una balacera. Son pocos los días en los que los pobladores no lloren a sus muertos, o días en los que puedan dormir tranquilos, pero quedando en ellos;la incertidumbre, de quien será la próxima víctima. Por todo lo anterior y describiendo todo este orror, podemos decir que;“Caucasia se han convertido en tierra de dolor, desolación y muerte”.
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